Nuestro CEO Raúl Respaldiza analiza, desde el agradecimiento, todo lo que ha supuesto y supondrán estos meses tan convulsos
JULIO | TAGS: ZERTIOR-CHILE, CEO Talks
Nadie podía haber imaginado hace apenas unos meses que el mundo iba a cambiar de una manera tan brutal. Nada será ya como antes. Creo que esa es una realidad innegable para todos. Como también el hecho de que si esta nueva sociedad a la que vamos será mejor o peor que aquella en la que vivíamos antes sólo dependerá de la actitud de cada uno de nosotros. Porque todo empieza por uno mismo. Basta ya de echar la culpa siempre al “empedrado” y de no asumir nuestra parte alícuota de responsabilidad..
Lo cierto es que todos hemos sido golpeados por un “tsunami» de humildad. En realidad, y en eso no ha habido ningún cambio, siempre fuimos vulnerables. Sin embargo, fuimos nosotros mismos los que nos engañamos, situándonos en una falsa posición de fortaleza, que se hizo añicos en apenas unos días. Entonces lo que creíamos que era importante pasó a ser irrelevante y lo que pensábamos que no tenía ninguna importancia -por entender, seguramente, que nunca nos faltaría- pasó a ser imprescindible.
Son muchos los aprendizajes que todos debemos llevarnos de lo vivido en estos meses. La humildad -que, sin duda, es uno de ellos- nos acerca, a su vez, a ese otro gran valor, olvidado también durante demasiado tiempo, que tan a diario hemos sacado a relucir desde nuestros balcones: el agradecimiento. Confío en que no sea, una vez más, una moda pasajera fruto de un “calentón social”, y que dar las gracias sea una actitud que nos acompañe ya para siempre. Por supuesto, nuestro reconocimiento y agradecimiento infinito -por mucho que lo hagamos nunca será suficiente- al personal sanitario, a los transportistas, al personal de limpieza, a los cuidadores de nuestros mayores y a tantos miles y miles de personas que se han dejado la vida por los demás en momentos de especial dureza y dificultad. Por cierto, curioso que las profesiones más valoradas en estos tiempos de pandemia sean, en general, de las peor retribuidas. Para hacérnoslo mirar seriamente. Todos.
Pero gracias también a Dios, a la vida. A nuestra familia, a nuestros amigos. Al deporte, a la música. A ese paseo en la playa y a esas cervezas con quienes están siempre. A esa ruta en “bici” y a ese partido de tenis. Gracias, en definitiva, a esas cosas que, erróneamente, pensábamos que eran nuestras y que nadie nos las podría arrebatar nunca. Gracias a tanta gente buena y a tanta buena gente como se cruza con nosotros a diario, y que merecen nuestra sonrisa y nuestro agradecimiento. No lo olvidemos cada vez que salgamos de casa.
En lo personal, Zertior ha sido también un motivo de reflexión en este tiempo. Desde la Lealtad, que es nuestra Plaza y «mucho más», sólo encuentro agradecimiento hacia las personas que forman parte de nuestra compañía y que son, a fin de cuentas, quienes marcan la diferencia. Siempre, y más en una empresa de servicios. Como desde el primer día, todos están dando lo mejor de sí mismos. Por ello, pese a las dificultades del entorno actual, seguimos creciendo en España y fortaleciendo nuestro vínculo con Latinoamérica, con un impulso muy relevante de nuestro proyecto en Chile, donde el acierto y esa dosis de suerte que sólo se entiende con el esfuerzo y el compromiso se aliaron para encontrar un equipo humano espectacular en lo personal y en lo profesional. Una suerte teneros a todos, compañeros.
Y si hablamos de humildad y de agradecimiento, es imposible terminar este espacio sin dar las gracias a quienes de verdad dan sentido a todo lo que hacemos: a nuestros clientes. Gracias por vuestra confianza permanente. Por creer en nosotros y por hacernos sentir siempre que somos un mismo equipo. Por compartir también muchos de nuestros valores, entre ellos la humildad y la convicción de que siempre hay alguien a nuestro lado, que merece nuestro agradecimiento. Y como las palabras se las lleva el viento y lo que valen son los hechos, ahí va esta pieza audiovisual que creamos junto al Real Valladolid y de las que nos sentimos orgullosos:
Porque de bien nacidos es ser agradecidos.
¡Feliz verano a todos y mil gracias por seguirnos!