

El día que “las tres grandes” se unieron contra las Fake News
Facebook, Twitter y Google actuaron juntas para eliminar un vídeo con contenido falso sobre el cornavirus. ¿Será el principio del fin de las fake news?
La pandemia por coronavirus está siendo una pesadilla para todo el mundo en todos los sentidos. La cifra de fallecidos es insoportable y los contagios siguen aumentando, sin que haya una vacuna o cura a la vista a corto plazo.
Y precisamente este asunto, el del remedio para acabar de una vez por todas con la COVID-19, está generando una ola de fake news alrededor del globo que, como sucede siempre que algo se hace viral, es extremadamente difícil de detener.
Aunque todo se hace más sencillo si, quienes tienen el control de las plataformas sociales, toman de verdad cartas en el asunto y eliminan todos estos contenidos que no solo son mentira, sino que pueden generar un grave perjuicio para la sociedad.
Porque pueden. A finales del mes de julio, por todos los dispositivos electrónicos comenzó a circular un vídeo en el que aparecían varias personas con batas blancas, autodenominados “Doctores de primera línea de Estados Unidos”. En el contenido afirmaban sin ningún pudor (y sin ninguna base científica) que la hidroxicloroquina, un medicamento empleado contra la malaria, era “una cura” para el coronavirus.
El primero en publicarlo fue el medio conservador norteamericano ‘Breitbart News’, y a partir de ahí su difusión ardió como la pólvora. Incluso el presidente de EE.UU., Donald Trump, se hizo eco en su cuenta de Twitter, con más de 84 millones de seguidores. Durante horas circuló sin control llegando a acumular catorce millones de reproducciones en Facebook.
El problema creció hasta tal punto que los tres “monstruos” del contenido social, Facebook, Twitter y Google, actuaron al unísono eliminando todo rastro de este vídeo viral en sus plataformas. Facebook comunicó que habían “eliminado este video por compartir información falsa sobre curas y tratamientos para COVID-19”, mientras que desde Twitter se tomaron igualmente medidas con este contenido, que violaba su política de información, algo parecido a lo realizado por Youtube, propiedad de Google.
No es la primera ni será la última vez que algo así suceda. Sin embargo, sí hemos visto que hay herramientas para poner freno a las fake news, incluso antes de que estas lleguen a ver la luz. El derecho a la información es fundamental, pero es obvio que en este caso no estamos en este supuesto. Muchas personas solo consumen noticias a través de las redes sociales, por lo que el papel de estos proveedores como catalizador es crítico.
Quién sabe, quizá, “gracias” a la COVID-19, estemos llegando al principio del fin de la desinformación.