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El motor para levantarse cada mañana

El motor para levantarse cada mañana

A través del ejemplo que representa una persona muy especial para ZERTIOR, nuestro CEO reflexiona sobre la importancia que tiene el propósito como el auténtico elemento movilizador de personas y organizaciones

En ZERTIOR somos unos firmes defensores del “Círculo de Oro”, término que acuñó Simon Sinek para poner el acento en donde, a su juicio, de verdad radica el éxito de cualquier organización. Frente al “qué” y al “cómo”, Sinek sitúa en el “por qué” la clave del posicionamiento y dónde se sitúa, por tanto, la verdadera palanca de decisión de compra por parte de los consumidores y de motivación e inspiración para la propia organización y sus empleados. La consigna de Sinek de “Empecemos por el por qué” es una clara llamada a la necesidad de que cualquier organización defina con claridad su propósito. Porque en él está la verdadera diferencia y la base previa imprescindible para construir luego una propuesta de valor, en la que el “qué ofrezco” y “cómo lo entrego” (ahora sí, pero no antes) entren en juego.

A comienzos de 2020, dos grandes amigos -y, con seguridad, dos de mis “liantes” favoritos- me llamaron para ver si podía conectarme a un Teams. Aunque tratándose de Borja Ezcurra y de Jacobo Pruschy uno no necesita preguntar el motivo, había dos ingredientes que hacían ese encuentro especialmente apetecible: la música y la guitarra clásica española. Así que en esa “cita a ciegas”, acompañado de Julio Linacero (quien tiene esa extraordinaria virtud de hace siempre fácil lo difícil), me encontré al otro lado de la pantalla con ese matrimonio inseparable que forman -porque eso no se rompe nunca- Catherine Lacoste y Ángel G. Piñero, gran intérprete y compositor de música para guitarra clásica española. Ah, y gaditano y español, como él siempre presumía.

El propósito -insisto en que siempre hace falta un propósito- de ese encuentro era hacer realidad el sueño de Catherine de “regalarle” a su esposo un concierto en el Teatro Real de Madrid para que su obra se escuchara en uno de los mejores recintos de música del mundo. La fecha: el 24 de marzo de 2022, justo el día en el que Ángel (cuyo aspecto y fortaleza física e intelectual parecían los propios de un “jovenzuelo”) cumplía 90 años. No me voy a extender en todo lo que supuso para ZERTIOR organizar aquel concierto y en el privilegio que fue compartir durante más de un año y medio tantas horas de trabajo e ilusión con Catherine y con Ángel. Lo cierto -ya sabéis que “el de arriba” siempre sabe más- es que, de manera inesperada, semanas antes del concierto, decidió llevarse al cielo a Ángel. Y con él, su gracia, su arte y su música. Lo cual no hizo sino darle a ese concierto (Catherine tuvo claro en todo momento que había que seguir adelante), con un Teatro Real “hasta la bandera”, una fuerza y una emoción difíciles de explicar.

Desde entonces, Catherine, seguidora también, posiblemente sin saberlo, de Simon Sinek, tiene muy claro cuál es el principal propósito de su vida y el motor con el que levanta cada mañana: llevar la música de Ángel por todos los rincones del mundo. Para nosotros, es un lujo poder acompañarla en esa determinación, poniendo siempre a su lado y a su servicio todo lo mejor de nosotros. Madrid, Santiago de Chile, Frutillar (también en Chile), Cádiz, París, Granada, Ronda, Pamplona,… son sólo algunas de las estaciones de este viaje, del que Ángel, su música y la guitarra española son los verdaderos protagonistas. Yo creo que no puede estar más feliz ni orgulloso.

Y es que, cuando alguien tiene claro su verdadero propósito, resulta imparable.

Como la música. Que no pare, querida Catherine…