Aunque las tendencias digitales se prevén a largo plazo, para el próximo año hay cinco concretas a las que debemos prestar especial atención
OCTUBRE | TAGS: Blockchain, Tendencias
A medida que nos acercamos al final de este (vaya década llevamos)
agitadísimo 2022 empezamos a echar la vista hacia adelante y a los retos y
tendencias que nos esperan para el nuevo año que ya está a las puertas. Por
eso, hemos buceado en la red para buscar las predicciones de los mejores
analistas en los campos de los negocios y la tecnología y nos hemos encontrado
con un fabuloso artículo de Bernard Marr para Forbes, en el que desgrana lo que
nos espera de aquí a unos meses.
En “Las 5 grandes tendencias tecnológicas de 2023 para las que todo el mundo debe prepararse ya”, Marr se detiene en cinco aspectos claves que marcarán todas nuestras agendas de manera inminente.
La irrupción de la IA en cada rincón de nuestra vida
Aunque ya hace mucho tiempo que nos hemos ido acostumbrando a la cada vez mayor implantación de la Inteligencia Artificial (IA), lo cierto es que cada vez tiene un protagonismo mayor. Utilizamos algoritmos inteligentes siempre que buscamos en Internet, compramos en línea, elegimos cómo entretenernos, gestionamos nuestros horarios o realizamos innumerables tareas, tanto creativas como del día a día.
Algo que, como no podía ser de otra manera, va a más. De
hecho, el CEO de Google, Sundar Pichai, describió la IA como «más
importante que el fuego o la electricidad» en términos del impacto que
tendrá en la civilización humana. Y ahora, como afirma, Marr, gracias a que la
infraestructura tecnológica y (hasta cierto punto) el presupuesto ya no son una
barrera de entrada difícil, quienes tengan buenas ideas podrán crear nuevos
productos y servicios mejorados por la IA que simplifiquen o mejoren nuestras
vidas.
De cara a 2023, uno de los puntos fuertes de la actividad de la IA será el aumento de los trabajadores. Aunque la IA provocará inevitablemente la desaparición de algunos tipos de trabajos humanos, surgirán otros nuevos para sustituirlos. Los empleadores con visión de futuro pensarán cada vez más en explorar este cambio permitiendo a los trabajadores aprovechar al máximo las nuevas herramientas que están a su disposición.
Metaverso, el Internet del futuro
Ya hemos analizado en algunos artículos de este blog temas relacionados con el metaverso. Desde su lanzamiento, todo tipo de grandes organizaciones de sectores que van desde la banca hasta la moda, el entretenimiento y los videojuegos se han subido al carro. La mayoría lo ha hecho simplemente aprovechando las plataformas existentes de metaverso como Decentraland, Roblox o The Sandbox para establecer sus primeros «puestos de avanzada», con la esperanza de conectarse con la primera ola de usuarios, así como para demostrar que estuvieron ahí en las primeras etapas de la «próxima gran cosa».
Para este 2023, esta construcción de puestos avanzados y de
pilotos se hará cada vez más popular entre las organizaciones más pequeñas,
mientras que para las marcas globales ya involucradas, todo comenzará a unirse
para crear productos y servicios cohesivos. Estos productos y servicios estarán
destinados al consumo general y no sólo a excitar a los tecnófilos y a los
primeros en adoptarlos.
También empezaremos a ver que el metaverso es tanto móvil como postmóvil. Seguiremos interactuando con él desde cualquier lugar del mundo y en los dispositivos que queramos. Pero el predeterminado no será siempre un smartphone. Las nuevas formas de acceder, experimentar e interactuar con los contenidos incluyen auriculares, gafas inteligentes e incluso trajes con retroalimentación háptica en todo el cuerpo, y éstas (entre otras) definirán las oportunidades que se creen.
Un mundo digitalmente editable
Marr afirma que nuestra capacidad en constante evolución
para recrear digitalmente cualquier cosa en el mundo físico es lo que hace que
el metaverso sea viable. Pero esta idea, asegura, va más allá de la simple
creación de experiencias inmersivas en línea; hoy en día, podemos editar cosas
en el mundo digital de forma que influyan en el mundo real. Como ejemplo pone
los “gemelos digitales”: los equipos de Fórmula 1 crean gemelos digitales del
coche de carreras y utilizan el mundo digital para probar el coche en túneles
de viento virtuales y mediante simulaciones digitales. Esto les permite cambiar
los componentes del coche en el mundo digital hasta que estén optimizados antes
de imprimirlos en 3D para el vehículo del mundo real.
Una realidad utilizada por muchos sectores y cuya próxima (e
inmediata) parada es la manipulación de organismos vivos, como plantas,
animales o seres humanos, mediante la edición de la información genética
responsable del desarrollo y funcionamiento de esos organismos. Iniciativas
como el Proyecto Genoma Humano han permitido crear con éxito representaciones
digitales de cadenas enteras de ADN, y enfoques innovadores como el método de
edición genética CRISPR Cas9 nos permiten cambiar el ADN y la estructura
genética de los organismos vivos.
Esta tecnología abre un abanico de posibilidades casi ilimitado, ya que significa que cualquier característica de un organismo vivo que se herede puede, en teoría, modificarse. Los niños podrían ser inmunes a las enfermedades a las que son susceptibles sus padres, se podrían desarrollar cultivos resistentes a plagas y enfermedades, y los medicamentos podrían adaptarse a los individuos según su propia composición genética.
El Blockchain para devolvernos la confianza
Sobre esta tendencia, el autor señala que, tradicionalmente, los procesos que implican el establecimiento de la confianza entre dos partes en línea han sido a través de un intermediario. Los bancos y empresas como Paypal verifican nuestras identidades y actúan como garantes cuando enviamos dinero a amigos o familiares. Pero el hecho de que todos estos sistemas estén centralizados significa que todavía podemos tener problemas si las empresas que los proporcionan no los gestionan de forma eficaz o no actúan teniendo en cuenta nuestros intereses.
Las preguntas sobre la confianza en 2023 girarán en torno al
principio de descentralización. Esto significa eliminar el control final de una
organización, empresa o proceso de cualquier punto central de propiedad,
utilizando una red descentralizada construida en torno al consenso y el
cifrado. Estos son los componentes básicos de la cadena de bloques, que en
realidad no es más que una forma de almacenar datos o ejecutar programas que
están repartidos por múltiples ordenadores y en los que no puede interferir
nadie que no deba hacerlo.
La descentralización dará lugar a nuevas formas de realizar
transacciones, comunicarse y hacer negocios, y no sólo para los humanos.
También las máquinas se beneficiarán de la capacidad de realizar transacciones
seguras entre ellas, lo que nos permitirá automatizar aún más los elementos de
los negocios y la industria que implican diferentes sistemas de interconexión.
Las empresas apuestan a lo grande por que la tecnología blockchain impulsará una evolución de nuestra relación con el concepto de propiedad digital, y alimentará un boom de consumidores en el proceso. Si el metaverso significa que cada vez pasaremos más tiempo (y gastaremos más dinero) en Internet, es seguro que habrá personas que querrán cosas exclusivas o únicas para ellos y poder demostrar su propiedad y procedencia.
Un mundo más hiperconectado e inteligente
Esta última tendencia señalada por Marr une todas las demás.
Es la red de sensores, dispositivos e infraestructuras conectadas que reúne los
datos que necesitamos para construir el metaverso, crear gemelos digitales,
entrenar máquinas inteligentes y diseñar nuevas formas de permitir la confianza
digital. Esto es lo que se conoce como Internet de las Cosas (IoT), y, según su
criterio, seguirá con su impacto en nuestras vidas se seguirá sintiendo con
fuerza en 2023.
La atención seguirá centrándose en permitir interacciones
más útiles y complejas entre máquinas. Hoy en día, estamos acostumbrados a
llenar nuestros hogares de aparatos y dispositivos inteligentes y nuestros
espacios de trabajo de herramientas y aplicaciones inteligentes. Pero a menudo
nos encontramos con problemas cuando las máquinas tienen dificultades para
comunicarse debido a las diferentes plataformas y sistemas operativos. En 2023
seguiremos trabajando en el desarrollo de normas y protocolos globales que los
dispositivos puedan utilizar para comunicarse entre sí. Esto significa que
funcionarán más eficazmente y serán capaces de ayudarnos en una gama más amplia
de tareas.
Otra área de interés será la seguridad del IoT. Aunque los
dispositivos conectados pueden mejorar nuestra vida de muchas maneras, también
crean riesgos de seguridad. Cualquier dispositivo de una red es potencialmente
un punto de acceso que un atacante podría utilizar para acceder a un sistema o
comprometer los datos almacenados en él. Mejorar las capacidades de seguridad
para frustrar estos ataques será una prioridad para las empresas que están
invirtiendo en IoT e implicará herramientas capaces de predicción asistida por
IA.
Los servicios 5G y, en el futuro, 6G no sólo significan que los dispositivos se comunicarán más rápido que nunca. También significan que se podrán conectar más dispositivos y que la comunicación entre ellos se podrá «trocear», es decir, colocar en canales discretos en los que existirá de forma aislada y no se verá afectada por cualquier otra cosa que ocurra en la red.
Foto de Vlada Karpovich: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-taza-telefono-inteligente-libros-4050315/