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Apple: la manzana más famosa del mundo

Apple: la manzana más famosa del mundo

Apple se ha convertido, por derecho propio, en una de las marcas más admiradas y seguidas del mundo gracias a su concepto de marketing y su filosofía

Cada año es, valga la redundancia el evento del año. El final de todos los veranos viene marcado, desde que en 2005 Steve Jobs se subiera por primera vez a un estrado, por la inminente presentación del nuevo modelo de Ipad o la penúltima innovación de la marca de Cupertino. Hablamos del Apple Event, el paradigma de una estrategia de comunicación y marketing casi perfecta.

Tanto es así que este año el término “#AppleEvent” fue trending topic a nivel mundial cuando todavía no se sabía la fecha exacta. Ni siquiera fue necesario que la estrella de la manzana, el último Iphone (en este caso, el 12), no fuera a ser presentado. La expectación que genera cada palabra pronunciada desde ese escenario basta para justificar conexiones en directo con todos los medios, especializados o no, del mundo.

El día que el nuevo terminal móvil salga a la venta, podemos estar seguros de que en cada centro comercial de todas las ciudades del mundo tendrán colas de decenas de personas aguantando frío, lluvia y mascarillas, con tal de ser los primeros en subir una foto desde su smartphone a Instagram. Pero, ¿cómo ha conseguido Apple llegar a este punto?

Todo empieza en 1977, con las primeras reuniones de Steve Jobs y el publicista Mike Markkula. Es en ese momento cuando surge y plasman la identidad de la marca para las próximas décadas, que recoge Walter Isaacson en su libro Steve Jobs.

La filosofía Apple es la empatía (“vamos a comprender las necesidades del cliente mejor que ninguna otra compañía”, la concentración (“para realizar un buen trabajo en aquello que decidamos hacer, debemos descartar lo que resulte irrelevante” y la atribución (“la gente juzga un libro por su cubierta. Puede que tengamos el mejor producto, la mayor calidad, el sofware más útil, etcétera; pero si ofrecemos una presentación mediocre, la gente pensara que es mediocre; si lo presentamos de forma creativa y profesional, le estaremos atribuyendo las cualidades deseadas”).

Desde entonces, podemos decir que Apple ha dejado de ser una compañía electrónica más. Cada detalle está perfectamente supervisado y controlado, desde que se concibe el primer esbozo sobre un papel hasta que llega al Apple Store o a alguna de las tiendas seleccionadas por la compañía para comercializar sus productos, pasando por las aplicaciones que tengan la fortuna de poder ser descargadas desde la App Store.

Aunque cada vez es más complicado, también son excelentes a la hora de mantener en el más riguroso secreto las especificaciones de sus nuevos dispositivos. No importa si es el Apple Watch o el Iphone; pese a las filtraciones, siempre hay algún as en la manga que solo es desvelado en la presentación. Con ello, consiguen que la máquina de rumores se ponga a trabajar con una antelación inusitada y que suceden cosas como el trending topic del Apple Event que veíamos al principio.

En todo caso, nada de esto sería posible sin un funcionamiento excelente de sus productos y un diseño objetivamente atractivo. No es casualidad que, pese a un precio realmente elevado, los productos con la manzana estén siempre entre los más demandados y con mejores valoraciones entre los usuarios. Difícilmente registrarán fallos y, en caso de hacerlo, el servicio de atención y de post venta trabaja de manera rápida y eficaz.

Ninguna marca de este tipo había conseguido diferenciarse tanto y tan bien de sus competidores. Hace unos pocos años nos parecía impensable que un simple teléfono móvil podría llegar a convertirse en un objeto tan relevante en el día a día, y que seríamos capaces de distinguir por la calle unos auriculares porque no llevan cables. Todo esto lo ha conseguido Apple, una manzana mordida que ha cambiado para siempre la manera de entender el marketing.