BARCELONA EN EL CORAZÓN

El recuerdo de Raúl Respaldiza a Barcelona 92 y a todos nuestros medallistas olímpicos

Pocas veces he tenido las sensaciones que viví en Barcelona el pasado 13 de julio. En nuestro Montjuic, el epicentro de lo que fueron unos Juegos Olímpicos de Barcelona 92 inolvidables de los que ahora se cumplen 25 años. Para muchos los mejores Juegos de la historia. Para todos, un antes y un después en el deporte español.

Por aquel entonces yo estaba recién salido de la universidad y a punto de convertirme durante nueve meses en un infante de marina de reemplazo. Orgulloso, como toda España, de lo que en Barcelona estaba sucediendo y del ejemplo de organización y modernidad que nuestro país estaba proyectando al mundo. Enamorado hasta la médula del deporte, aún no imaginaba que a él iba a dedicar una parte muy importante de mi vida profesional. La verdad, un regalo que me ha dado la vida.

Desde que empezamos a colaborar con AS en la concepción de su 50 aniversario, que se cumple también en este 2017, tuvimos claro que el recuerdo de Barcelona 92 tenia que tener un protagonismo especial. De ese modo surgió una idea, un sueño, que no era otro que juntar en Montjuic a todos los medallistas olímpicos españoles de la historia…

Pero en el mundo en el que nos movemos lo que realmente marca la diferencia -como siempre insisto una y otra vez- no son los sueños, sino la capacidad de hacerlos realidad. Y eso fue justo lo que sucedió la noche del pasado 13 de julio, en la que logramos reunir a dos centenares de héroes. No encuentro un adjetivo mejor para definirlos. Todos ellos inmortalizados en una foto irrepetible, junto al pebetero de Estadio Olímpico de Montjuic, y reunidos a continuación en una cena llena de emoción y de pasión por el deporte.

Ahí estaban todos. Inlcuidos los que nos veían desde el cielo y los que por distintos motivos no pudieron acompañarnos. No hay espacio aquí para citarlos a todos. Por eso, prefiero no hacerlo. Todos han sido, y siguen siendo, un ejemplo para cuantos amamos el deporte y entendemos éste como una metáfora de la vida.

Ver ahí a muchos de mis ídolos fue algo que siempre recordaré. Desde la admiración y la cercanía personal que me une a él desde hace ya unos cuantos años, comparto mi foto junto a mi amigo Ignacio Cobos, medalla de plata en hockey hierba en Atlanta ’96. Por fin, Nacho, entendiste que la “lata” que llevaba dándote para que me dieras una foto dedicada con la medalla de plata colgada en tu cuello no era por quedar bien contigo. La quería de verdad. Y ya la tengo.

Felicidades, AS, por tus 50 años y por hacer realidad los sueños de todos.

También los míos.