La invasión de Ucrania se ha dejado sentir en todos los ámbitos; incluido, por supuesto, el deporte. Y en Rusia es donde más se está notando
La invasión rusa de Ucrania es, sin duda, el principal tema de preocupación a nivel mundial. En primer lugar, obviamente, por el terrible coste humano que está ocasionando, en forma de víctimas mortales, heridos y éxodo de refugiados. Pero, además, por todas las repercusiones que está teniendo en el resto de ámbitos, habida cuenta de la interdependencia que hay actualmente en un mundo completamente globalizado. Las relaciones económicas, los suministros energéticos… Todo, sin excepción, se ha visto afectado por este conflicto, que también ha sido un “tsunami” en el mundo del deporte.
Casi con efecto inmediato a los primeros bombardeos, las federaciones internacionales, además de las instituciones privadas, se lanzaron a aplicar durísimas sanciones contra Rusia y Bielorrusia (también involucrada en la guerra, del lado de Moscú) que han cambiado el panorama de todas las disciplinas. No hay prácticamente ningún torneo que cuente con representación de estos países. De hecho, con motivo de los Juegos Paralímpicos de Pekín, el COI había obligado a los atletas rusos y a los bielorrusos a competir como participantes neutrales bajo la bandera paralímpica, antes de revertir la decisión 24 horas después y prohibir a los atletas de esos países tomar parte en el mismo.
Hay competiciones, como decimos, que han ido más allá. La Euroliga, la máxima competición de baloncesto de clubes a nivel europeo, ha suspendido la participación de los equipos rusos, incluido el CSKA, uno de los favoritos al título. En el caso del fútbol, siendo quizá lo más doloroso para los aficionados debido a su popularidad en Rusia, la FIFA y la UEFA han acordado que los equipos nacionales y de clubes de dicho país sean vetados de los partidos y torneos internacionales, incluidos los de clasificación para el Mundial de 2022, «hasta nuevo aviso». Asimismo, la final de la Liga de Campeones, prevista para mayo en San Petersburgo, se ha trasladado a París.
En este sentido, Roman Abramovich, oligarca ruso y propietario del Chelsea FC inglés, anunció que cedía la administración del club a su consejo de administración y que se dispone a vender el equipo, donando sus beneficios netos a «todas las víctimas de la guerra en Ucrania.» No ha bastado, sin embargo, para que la entidad londinense deba enfrentarse a sanciones como, entre otras, la prohibición de generar ingresos por la venta de entradas en Stamford Bridge o la imposibilidad de llevar a cabo renovaciones contractuales, compra o venta de jugadores.
Y es que la Premier League está tomando muchas acciones contundentes en este sentido. No solo por los gestos que hay cada fin de semana en los estadios de las islas, sino porque, además, decidieron romper los acuerdos televisivos con los operadores rusos para la emisión de sus partidos en ese país y donar un millón de libras a los afectados por la guerra en Ucrania. Unos contratos televisivos que tenían un valor estimado de 6 millones de libras por temporada, y cuya cancelación ha sido acordada de manera unánime por todos los clubes de la máxima competición inglesa.
Otro ejemplo es la Fórmula 1, donde el Gran Premio de Sochi,
una apuesta casi personal de Vladimir Putin, ha sido cancelado. En este
sentido, la escudería Haas decidió rescindir su contrato su patrocinador
principal, la marca de fertilizantes rusos Uralkali, que ha tenido como “efecto
secundario” el despido del piloto ruso Nikita Mazepin. En todo caso, la FIA sí
ha autorizado a pilotos rusos bielorrusos seguir compitiendo en el
automovilismo internacional, aunque solo si corren bajo una bandera neutral… y
su compromiso no expresar ningún apoyo a la invasión de Rusia. Un gesto que
también se le ha pedido al actual número del 1 del mundo de tenis, Daniil
Medveded, si quiere competir en Wimbledon.
Como ya hemos visto en este blog, el deporte hace tiempo que
trascendió al mundo digital y, por tanto, las sanciones a Rusia también han
llegado aquí. Las ligas de eSports están prohibiendo a los equipos rusos
participar en competiciones y las empresas de videojuegos están eliminando a
los atletas y equipos rusos de sus juegos: EA Sports ha iniciado procesos para
eliminar a la selección nacional rusa y a todos los clubes rusos de títulos sus
títulos superventas FIFA y NHL.
Efectos devastadores en el patrocinio
Otra gran repercusión es la relativa a los patrocinios, tal y como hemos visto con lo sucedido en el equipo Haas de F1. En este sentido, la compañía de consultoría y análisis de datos GlobalData ha ofrecido su punto de vista sobre cómo puede afectar el conflicto a los acuerdos de patrocinio deportivo y eventos. “Las repercusiones financieras de la invasión de Rusia llegarán profundamente a la industria del deporte», ya ha advertido Conrad Wiacek, director de análisis deportivo de la compañía.
Quizá uno de los mejores ejemplos es el que tiene como protagonista al consorcio de gas Gazprom, marca muy presente en los últimos años en el deporte continental y que está viendo cómo la mayoría de sus contratos de patrocinio y, por tanto, de visibilidad, se están finiquitando. Uno de los más longevos era el que tenía con el equipo alemán de fútbol Schalke 04, y cuya vinculación se extendía hasta 2025. La entidad teutona ha decidido dejar de ingresar unos 25 millones de euros anuales, pero el logo del gigante ruso ya no aparece en prendas ni superficies del equipo de Gelsenkirchen.
Cabe recordar también que Gazprom es uno de los principales sponsors de la Champions League y cuyo logo se veía en todos los carteles de la competición, algo que ya no sucederá También pierde visibilidad el equipo de ciclismo, tras la decisión de la UCI de expulsar a todos los equipos rusos y bielorrusos de la competición. Se trata de una empresa que invierte 90 millones al año en deportes y cuya influencia (solo hay que ver sus acciones en bolsa) se ha reducido drásticamente.
Las reacciones de este tipo se han sucedido en cadena. El Manchester United ha cancelado su relación con Aeroflot y ya no es su aerolínea oficial. Y socios.com ha decidido no vincularse con ningún club u organización asociada a las ligas rusas, cesando toda actividad con cualquier relación existente. Algo similar a lo anunciado por la empresa de ropa deportiva Adidas, que también ha suspendido su acuerdo con la Unión Rusa de Fútbol (RFS) con efecto inmediato.
Estos son solo los primeros pasos, que ya son, de por sí,
tremendamente duros para el deporte ruso y bielorruso en general. Su evolución
dependerá, obviamente, del curso y duración de la guerra y, sobre todo, de lo
que venga después. Lo que sí parece complicado es que los puentes que tendió el
deporte antes del conflicto vuelvan a levantarse, al menos a corto plazo.
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