En nuestra entrevista de este mes, charlamos con Almudena Martorell, presidenta de la Fundación A LA PAR
JUNIO | TAGS: Almudena Martorell, Fundación A LA PAR
En primer lugar, ¿quién es Almudena Martorell?
No soy más que la heredera de un sueño de varias generaciones de mujeres (yo soy el cuarto eslabón de esa larga tradición familiar) que se dedicaron a redistribuir oportunidades intentando hacer las cosas cada día un poco mejores para todos. En origen fuimos un preventorio para hijos de enfermos de lepra y hoy luchamos al lado de las personas con discapacidad intelectual, por sus derechos y su participación en la sociedad. La familia crece y cada día pasan por la Fundación, entre empleados y usuarios de nuestros servicios, más de mil personas.
¿Qué objetivos persigue la Fundación A LA PAR?
La razón que mueve a A LA PAR es la de demostrar, con hechos, que las personas con discapacidad intelectual -con los apoyos necesarios- son capaces de funcionar y aportar en la misma medida que el resto. Es la filosofía que desprende todo nuestro proyecto y la que se trasluce en cada una de las iniciativas que promovemos. Corremos el riesgo de desperdiciar la riqueza y los valores que las personas con discapacidad intelectual pueden incorporar en la sociedad a todos los niveles. Pero es que además, no lo olvidemos, esas personas son sujetos de pleno derecho a las que estamos impelidos a apoyar para que desarrollen todo su potencial y tengan una vida plena.
¿Por qué es importante dar visibilidad a todos los proyectos, actividades etc que apuesten por la inclusividad?
Vivimos en la era de la hiperconexión, estamos informados y conectados, incluso, por encima de nuestras necesidades y cualquier proyecto social que no sepa desenvolverse en el ámbito de la comunicación se arriesga a que la causa que le mueve, por loable o justa que esta sea, quede sumida en la irrelevancia. Toca hacer ruido por aquello en lo que uno cree y en A LA PAR creemos, por encima de todo, en el poder de las personas y en la igualdad de oportunidades.
En este sentido, el camino por recorrer hacia la plena integración es largo. ¿Qué pasos hay que dar, y quiénes tienes que hacerlo?
A nosotros nos gusta más hablar de ‘participar’ que de “integrar” o “insertar”. Esas personas, aunque para muchos fueran invisibles, ya estaban antes ahí, mucho antes de que la sociedad se preguntara si estaba haciendo todo lo que estaba en su mano para apoyarlas. Así que, diría, que lo primero es que la sociedad en su conjunto comience a respirar con naturalidad los valores de la diversidad, que nos animemos todos a vivir con normalidad ese cambio de mirada respecto de la discapacidad intelectual. Una vez se produce ese cambio, tenemos mucho terreno ganado y por supuesto que gobiernos, organismos internacionales y el Tercer Sector tenemos que abanderarlo pero la voluntad de cambio real tiene que prender antes en la sociedad. La conciencia ecológica, por citar un ejemplo, lleva varias décadas con nosotros pero quizá sea ahora cuando todos nos lo estamos tomando, de verdad, en serio, como algo que nos compete y concierne.
¿Cómo podemos ayudar, en nuestro día a día, para poner nuestro granito de arena de cara a conseguir la integración plena?
En A LA PAR creemos mucho en el valor de esos pequeños granitos. Gestos, como incorporar en una empresa a un profesional con discapacidad intelectual o inscribir a los hijos en un campamento inclusivo donde convivan con niños con discapacidad, como nuestro Fundacamp, y desde nuestra experiencia de más de setenta años tenemos claro que eso, poco a poco, termina calando. O por qué no, un equipo de MTB inclusivo para la Pilgrim Race, pedaleando sufriendo y disfrutando juntos de Madrid a Santiago.
En la década de los sesenta seguro que muchos se frotaron los ojos al ver salir a las mujeres de la cocina o el mero hecho de que pudieran conducir o ser independientes. Seguro que entonces hubo muchas personas, en las que ya había calado aquel cambio de paradigma, que ayudaron a remar en favor de la igualdad. Hoy creo que estamos en ese punto y que el activismo espontáneo en favor de la diversidad comienza a dar sus primeros frutos.
La relación con ZERTIOR viene de lejos, habiendo colaborado ambas entidades en eventos de toda índole. ¿Qué destacaría de nosotros?
Ir de la mano de una súper empresa de la organización de eventos con sois vosotros siempre nos ha dado una confianza y una tranquilidad enormes y más, en nuestro caso, que siempre estamos enfrascados en todo tipo de aventuras, cada una más loca que la anterior… E igual de locos vosotros: ¡que montáis desde un concierto a un reto en bici!
Uno de esos eventos fue la Pilgrim Race. ¿Qué lecturas podemos sacar de la participación de ciclistas con capacidades diferentes en una prueba tan exigente como ésta?
Es otro ejemplo más de que la discapacidad, demasiado a menudo, está más en el ojo del que mira que en la persona que se siente capaz, con ilusión y motivada. El Reto Tressis A LA PAR es una de nuestras iniciativas de sensibilización más bonitas y eficaces, pues al poner el foco en el reto y el esfuerzo, la discapacidad intelectual del otro se diluye. Y entonces aflora el cariño, el compañerismo, la paciencia, la capacidad de superación… lo verdaderamente importante, demostrando lo que todos creemos: que la discapacidad no deja de ser una etiqueta que está más en los ojos del que mira.
¿Cuáles son los proyectos a corto plazo de Almudena Martorell y de la Fundación A LA PAR?
Pues quizá uno de los más ilusionantes que tenemos en el horizonte más inmediato sea nuestro proyecto de formación A LA PAR COMPASS que estamos rematando en estas fechas y que contará con el apoyo de BNP Paribas. Lo hemos planteado como una oferta formativa para jóvenes con discapacidad intelectual, con mayores necesidades de apoyo, que al término de la educación reglada, no encuentran una alternativa entre quedarse en casa y acogerse al sistema asistencial. En ‘COMPASS Bnp’ ganarán confianza y aptitudes sin perder ni tiempo ni empleabilidad.
En las personas con discapacidad intelectual, (¡como en todas!) el empleo es la antesala de muchos de los cambios (autonomía, vida independiente, socialización, vida en pareja) que les permitirán llevar una vida plena.
Y en su tiempo libre, ¿qué le gusta hacer?
Estar con mi hija Carmen, que quizá algún día quiera ser esa quinta generación de mujeres. Yo intento contarle todos los días cómo estar al servicio de los demás es la mejor herencia que te puede llegar.
¿Dónde se ve dentro de diez años?
Pues con una Fundación mucho mayor que la de ahora, porque tenemos el mejor secreto: contamos con unos de los mejores trabajadores del mundo que son las personas con discapacidad intelectual. Además contagian esfuerzo, superación y amor por lo que uno hace. Y eso, junto con ese cambio de mirada que decíamos, hace que cada vez sean más los que quieren trabajar, así que habrá que seguir inventando nuevos proyectos en los que seguir generando empleo. ¡Seguro que en muchos de ellos viajamos con ZERTIOR!