

ESPORTS
Hasta hace no mucho, solo unos pocos años de hecho, ser un fan de los videojuegos significaba ser un “friki” que no tenía una vida social como establecen los cánones. Pasar las horas sentado delante de una pantalla era sinónimo de un individuo que, de alguna manera, no había sabido adaptarse a una sociedad comunitaria.
Las nuevas consolas con plataformas multijugador y más adelante la posibilidad de conexión online fueron transformando poco a poco esta visión, llegando a un punto en el que cuatro o más amigos quedaban “para echar un FIFA” en vez de salir de cañas. Se derribaba de esa manera el mito de individuos solitarios para dar paso a un nuevo concepto de ocio en grupo.
Y ahora estamos asistiendo a un paso que va más allá, en el que los videojuegos se han convertido en un mundo que traspasa el tiempo libre para asentarse en el ámbito profesional, completándose asimismo el arco de socialización: del adolescente jugando solo en su habitación se ha evolucionado hasta los eventos masivos que llenan estadios. Efectivamente, toda esta presentación sirve para introducir lo que ya es una realidad más que patente: los eSports.
Para los no iniciados, trataremos de definir este nuevo término de un modo claro y conciso: se trata de unas competiciones de videojuegos multijugador, normalmente de estrategia o shooter, en las que los participantes se enfrentan entre sí en tiempo real. Obviamente tiene muchos más matices, pero de al menos queda enfocada la cuestión.
Tal es la relevancia actual de este fenómeno que todos los días (y no es una frase hecha) aparecen en la prensa noticias sobre nuevos récords de asistencia, sueldos cada vez más altos para estos profesionales del videojuego, o empresas de gran influencia internacional patrocinando equipos de eSports. Son cientos los ejemplos, pero como muestra nos vale mencionar el Torneo Dota 2, celebrado en Seattle, y que tiene como premio para el ganador una cantidad cercana a los diez millones de dólares (la suma de todos los premios supera los veinte millones de dólares). O también es un síntoma de la pujanza de los eGames el hecho de que las tres principales operadoras telefónicas en España, Vodafone, Movistar y Orange, estén metidas “hasta las trancas” en este negocio. Para quien a estas alturas no lo sepa, la última de ellas pagó una generosa suma por quedarse con los naming rights de la Liga de Videojuegos Profesional.
A tenor de los datos que se manejan y de los actores que se están implicando en el sector, es obvio que estamos asistiendo al nacimiento de un “monstruo”. Centrándonos solamente en las novedades del mes de marzo, nos encontramos con que la NHL (la liga profesional de hockey sobre hielo de EE.UU.) ha decidido crear su propia liga de eSports, que un teatro en Hollywood emitirá competiciones en directo o que Blizzard Entertainment ha inaugurado un estadio en Taiwan que se destinará única y exclusivamente a seguir competiciones de esta disciplina.
Y si nos vamos más hacia atrás, descubrimos que el IEM Katowice, un evento en Polonia patrocinado por Intel, reunió a una cifra total de 173.000 espectadores. Y en ese mismo evento, cuarenta y tres millones de usuarios siguieron online la retransmisión de la competición de League of Legends (uno de los principales títulos de los eSports).
Todo esto es sólo un pequeño fragmento de todo lo que esta industria mueve. Al fin y al cabo esto es sólo un artículo de aproximación, ya que si nos metiéramos en profundidad podríamos llenar hojas y hojas acerca del impacto que está causando este nuevo actor de negocio en el mercado mundial. De hecho, se cree que en muy poco tiempo los eSports generarán más ingresos y más audiencia que, por ejemplo, la final de la Champions League.
Precisamente ese es uno de los hándicap a los que se enfrenta este fenómeno, el de si se les puede considerar como un deporte o si por el contrario seguirán con ese estigma que tiene los videojuegos. La realidad es que aunque aún queden muchas personas que creen que es imposible dicha comparación, cada vez son más los equipos de fútbol, baloncesto etc. que están creando sus secciones, de eSports, aunque de momento sólo de títulos ya existentes como el mencionado League of Legends.
La frontera está por lo tanto en ese momento en el que se pueda ver a través de un canal de televisión dedicado a los eSports (ya hay muchos ejemplos, incluido el de reciente creación por parte de Movistar Plus) un Real Madrid – Barcelona de FIFA. Quizá no tenga tanto tirón entre los seguidores de más edad, pero las nuevas generaciones están entusiasmadas ante esta posibilidad. Y no nos olvidemos que sería un partido oficial, como si de un derbi entre las secciones de baloncesto se tratara.
Lo cierto es que se trata de una posibilidad cada vez menos remota, ya que todos aquellos elementos que deberían poner algo de su parte lo están haciendo: desde las propias instituciones hasta las productoras televisivas, pasando por los patrocinadores e incluso las Federaciones, todos están a priori encantados de que algo así vaya para adelante. Ahora sólo queda esperar para saber cuándo llegará ese momento.