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La nueva era de los estadios: mucho más que gradas, experiencias y negocio

La nueva era de los estadios: mucho más que gradas, experiencias y negocio

Durante décadas, los estadios de fútbol fueron concebidos como lugares donde se celebraban partidos de manera esporádica y poco más. Eso sí, acompañados de una liturgia y una mística en la que sus fieles acudían regularmente para escenificar el orgullo de pertenencia a unos colores. Sin embargo, esa visión ha quedado atrás. En los últimos años, estamos asistiendo a una profunda transformación en el concepto y la función de estas infraestructuras, impulsada por dos grandes necesidades, mucho menos sentimentales, pero absolutamente decisivas para afrontar los nuevos tiempos: ofrecer experiencias memorables a los aficionados —tanto a los habituales como, especialmente, a los menos frecuentes— y generar ingresos sostenibles para los clubes más allá del día de partido.

Esta evolución responde a una realidad ineludible. En un contexto marcado por la creciente competitividad económica del fútbol profesional, la tradicional dependencia de los derechos de televisión y el ticketing ya no es suficiente. Los clubes necesitan diversificar sus fuentes de ingresos y explotar al máximo sus activos. En este escenario, el estadio emerge como un elemento clave para asegurar la viabilidad financiera a medio y largo plazo.

Los estadios del siglo XXI ya no son únicamente espacios deportivos: se han convertido en ecosistemas multifuncionales, diseñados para estar vivos los siete días de la semana. Son espacios conectados con la ciudad y sus ciudadanos, capaces de integrar oferta gastronómica, comercio, entretenimiento, turismo, hospitalidad, eventos corporativos, hubs de innovación y, cada vez más, criterios estrictos de sostenibilidad ambiental y eficiencia energética.

La inversión en estos nuevos modelos de estadio no es un lujo, sino una necesidad estratégica. Su objetivo no es solo mejorar la experiencia del aficionado —cada vez más exigente y digital—, sino convertir el recinto en un centro generador de valor continuo para el club. El resultado: nuevas líneas de negocio, mayor vinculación con las marcas patrocinadoras y una fuente recurrente de ingresos que mitiga la dependencia del calendario deportivo.

Esta nueva concepción exige una planificación estratégica rigurosa. Ya no basta con un buen diseño arquitectónico. Es imprescindible definir un modelo de estadio adaptado a la identidad del club, a las expectativas del fan, a los intereses del inversor y a las dinámicas urbanas del entorno. La clave está en entender el estadio como un activo estratégico que trasciende lo deportivo: un motor de marca, comunidad y rentabilidad.

En Zertior hemos tenido la oportunidad de participar en numerosos proyectos de Sport & Entertainment en Europa, Asia y América Latina, acompañando a clubes, propiedades e inversores en cada etapa del proceso. Desde la definición del modelo y el plan de negocio hasta la activación comercial, la narrativa de marca o la gestión del cambio, nuestro enfoque combina conocimiento del sector, sensibilidad cultural y visión a largo plazo.

La magnitud del fenómeno habla por sí sola: actualmente, hay más de 250 proyectos activos en el mundo relacionados con la construcción o remodelación de grandes estadios multipropósito. Se trata de una ola de inversión global que refleja tanto el creciente interés por el fútbol como la voluntad de aprovechar el potencial económico de estas infraestructuras.

Hoy más que nunca, los estadios son espacios de convergencia entre pasión, innovación y futuro. Y desde Zertior, seguiremos comprometidos con esta transformación, convencidos de que un estadio bien pensado no solo cambia la experiencia del aficionado: puede cambiar el rumbo de un club y su futuro.