La mayor competición del mundo de fútbol a nivel de selecciones volverá a celebrarse en España (junto a otras sedes) y esto significa unas brillantes perspectivas a nivel deportivo... y económico
OCTUBRE | TAGS: FUTBOL, Mundial
48 años después del mítico torneo de «Naranjito», España volverá a ser, de nuevo, la sede de la competición más importante del mundo de fútbol a nivel de selecciones. No será, eso sí, en solitario, ya que la candidatura incluye a Portugal y Marruecos, además de Uruguay, Argentina y Paraguay, países que albergarán tres partidos inaugurales.
Muchas localizaciones pero un objetivo común: levantar el preciado trofeo, a nivel deportivo, y sacar los máximos beneficios, económicos y sociales, para los países organizadores. Por eso, nos vamos a centrar en desgranar la inversión prevista que España realizará para organizar el Mundial, los beneficios que se esperan obtener y otras derivadas de esta cita.
Antes de nada… ¿Dónde se jugará?
El Mundial de Fútbol 2030 prevé la participación de 48 selecciones nacionales de los cinco continentes, compitiendo en una fase de grupos. Luego, según su desempeño, avanzarán a dieciseisavos, octavos, cuartos, semifinales y la final. Para todo ello se requerirán al menos 14 a 20 estadios con capacidades de al menos 40.000 espectadores, algunos incluso con capacidades de 60.000 a 80.000 o más.
Cada estadio donde se jueguen partidos del Mundial deberá proporcionar asimismo al menos 4-5 espacios para los entrenamientos de las selecciones, lo que implica la necesidad de entre 60 y 100 campos de entrenamiento con instalaciones adecuadas, como campos de césped natural, vestuarios de alta calidad, áreas de preparación física y espacio para la prensa, entre otros.
De este modo, a día de hoy, son 15 los estadios en España que tienen opciones de acoger partidos. Balaídos, El Molinón, Riazor, San Mamés, Anoeta, La Romareda, Camp Nou, Cornellà-El Prat, Santiago Bernabéu, Metropolitano, Nuevo Mestalla, Nueva Condomina, La Cartuja, La Rosaleda y Gran Canaria cuentan con opciones (algunos más que otros), aunque lo que es seguro es que algunos se quedarán por el camino.
Sería impensable, eso sí, que el Metropolitano, Bernabéu, La Cartuja, San Mamés y Camp Nou quedaran fuera de la lista final. Todos estos recintos cumplen con los requisitos para albergar encuentros de la máxima competición internacional de selecciones, es decir, tener mínimo 40.000 personas de aforo y estar construidos en el momento de la elección de la sede. Además se necesita un espacio exterior de 10.000 metros cuadrados para el anillo de seguridad y otros servicios, además de disponer de 5.000 plazas de aparcamiento.
Pero, de ellos, solo el estadio Santiago Bernabéu y el Camp Nou, ambos en distintas fases de su renovación, están en condiciones para albergar la final. Para esta cita, el emplazamiento elegido debe contar con una capacidad para mínimo 80.000 personas.
Todo esto son, no en vano, especulaciones, ya que en la ecuación, además de los mencionados países hispanoamericanos, faltan dos sedes oficiales que también querrán albergar el mayor número posible de encuentros. En un principio se barajaban once estadios en territorio español y tres en Portugal, pero la entrada de Marruecos implicará una reestructuración que probablemente no sabremos hasta 2024.
Inversión vs beneficio
Las estimaciones prevén que el impacto económico del Mundial 2030 en España será muy importante, ya que impulsará un ya próspero sector turístico con la llegada de aficionados de todo el mundo, generando ingresos para el país anfitrión. Además, dado que se llevará a cabo en múltiples sedes en todo el territorio nacional, el impacto económico se distribuirá en varias regiones de España y habrá varias (y jugosas) «pedreas».
A nivel general, según las estimaciones proporcionadas en el Real Decreto 1034/2022, emitido el 20 de diciembre de 2022, el Gobierno español prevé que la organización del Mundial 2030 genere:
- Una inversión de 1.430 millones de euros.
- Ingresos superiores a los 10.000 millones de euros solo para España.
- La creación de más de 82,000 empleos a tiempo completo.
- El fortalecimiento de la imagen de España a nivel global.
En cuanto a los costes, el Gobierno ha desglosado la inversión necesaria en 1.430 millones de euros, con 750 millones destinados a infraestructuras y 680 millones a gastos de organización. Se espera que por cada euro invertido y gastado en la organización de la Copa del Mundo de 2030, España genere 4,28 euros en el Producto Interno Bruto (PIB) y 1,32 euros en ingresos fiscales.
A pesar de la inversión, este importe es relativamente bajo en comparación con Mundiales recientes debido a las infraestructuras existentes en España. Por ejemplo, Qatar invirtió 200.000 millones de dólares en su Mundial, el más caro de la historia, mientras que Brasil gastó 15.000 millones en 2014.
En términos de ingresos, se estima que España obtendrá alrededor de 10.000 millones de euros, que se dividirán en un volumen de negocios de 5.120 millones de euros y beneficios relacionados con el turismo. Se espera que los visitantes del Mundial gastarán más de 5.500 millones de euros en toda España, incluyendo las sedes, subsedes, centros de entrenamiento avanzado y áreas de formación de talento.
Además, se prevé que la organización del Mundial 2030 genere un gran número de empleos. Por cada millón de euros invertidos y gastados en la Copa del Mundo, podrían crearse hasta 78 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en España, lo que representa un valor añadido de 5.120 millones de euros en el PIB y 82.513 empleos a tiempo completo.
Más allá de los aspectos económicos, la celebración de un evento de esta envergadura también conlleva un impulso en la promoción de la marca España a nivel nacional e internacional, promoviendo valores deportivos como la equidad, la dedicación y el trabajo en equipo… y la cohesión. De ahí que el Gobierno haya asegurado que la organización del evento es «un elemento que, además de potenciar la imagen de España a nivel internacional, conecta a los ciudadanos de las distintas partes del territorio español».
Aún queda mucha tela por cortar, pero el segundo Mundial de España ya está en marcha. Y, quién sabe, puede marcar un antes y un después para el país en el aspecto económico… y social.
Foto de Fauzan Saari en Unsplash