La magia de “Recuerdas de una vida” inunda el Espacio Bertelsmann de Madrid

Hace ya más de un año que el Maestro Ángel G. Piñero, uno de los más destacados compositores y guitarristas españoles, nos dejó. Pero, aunque él se fue, su música y su legado sigue recorriendo muchos de los mejores escenarios del mundo, continuando así la labor que él inició como uno de los mejores embajadores de la guitarra clásica española.

Sin duda, el gran concierto celebrado en el Teatro Real el 24 de marzo de 2022, con motivo del que habría sido el 90 cumpleaños de Ángel, supuso un punto de inflexión en la difusión de su obra. Y, desde entonces, son muchos los recitales realizados, incluidos dos muy emotivos, celebrados “al otro lado del charco”.

Y, en su regreso a España, este “homenaje itinerante” continuó el viernes 17 de marzo en el Espacio Bertelsmann de Madrid, donde se celebró un concierto que combinó la tradición de la música española para guitarra clásica con la herencia musical europea del cuarteto de cuerda.

Una jornada muy especial en la que pudimos disfrutar de un ameno y variado concierto en el que se hizo un apasionante recorrido por la música de varios compositores españoles de los siglos XIX al XXI, donde la guitarra clásica ha destacado por su esencia española y los compositores tanto han bebido del folclore español.

Allí escuchamos la guitarra española como instrumento solista, además de un apasionante diálogo instrumental junto al cuarteto de cuerda. Para la interpretación del mismo, se contó con la presencia del guitarrista ucraniano Stanislav Steshenko y del cuarteto de cuerda Chagall de Madrid.

Como no podía ser de otra manera, en ZERTIOR seguimos apostando por la difusión del legado del Maestro y nos encargamos de la gestión integral del concierto, que no será el último.

Y es que ya hay varias fechas de nuevos recitales confirmados en España y Francia, comenzando por el del próximo 13 de abril en la Capilla de San Fermín de Pamplona. Te invitamos a descubrirlos todos en este enlace, desde la autenticidad con la que Ángel vivió su vida.

Imagen: Espacio Bertelsmann