

¿Ponerse la camiseta o sentirla de verdad?
Nuestro CEO reflexiona sobre el sentido de equipo y el valor que supone el “sentir de verdad la camiseta”
Hace unos días, la gran mayoría del equipo de ZERTIOR España pudimos juntarnos para compartir “piscina y barbacoa” y despedir el verano. También, siempre hay otra perspectiva, para darle la bienvenida a esta nueva temporada, cuyo inicio siempre marca septiembre.
Lo hicimos como en ZERTIOR nos gusta hacer las cosas: con los nuestros. Así que ahí estaban también nuestras mujeres, maridos o parejas (que nadie se me enfade) y nuestros hijos. Porque todos ellos forman parte también de la familia ZERTIOR. Además, justo es también reconocerlo, son los que más sufren durante esas temporadas en las que se nos juntan un sinfín de proyectos y de eventos y les robamos más tiempo del que nos gustaría.
En lo gastronómico, el éxito estaba asegurado porque Juan, como buen argentino, se ocupó de la carne en su ciclo completo -del mercado al plato-, dándole al fuego ese toque personal que trae del otro lado del «charco» y del que siempre presumen los argentinos. Con esa base asegurada, un lugar más que agradable y un día espectacular, podéis imaginaros que lo pasamos en grande.
Para mí, como capitán del barco, fue un día muy especial. ¿Por qué no decirlo? Me sentí muy feliz. Por sentir de verdad el vínculo que se ha creado entre todos nosotros, que trasciende lo profesional y que, sin duda, nos da ese “plus” de compromiso y de lealtad, que, al final -no nos engañemos, que esto sólo va de personas-, es el que marca la diferencia en el servicio que ofrecemos a nuestros clientes.
Sentí ese vínculo de modo especial cuando me puse una camiseta de ZERTIOR que me llevó nuestro “gran” César. Bueno, me trajo eso y unos tomates de “caerse de espaldas”, recién sacados de la huerta de su hermano. Por cierto, ¿por qué será que a mí no me llega nunca ninguna de esas camisetas, chubasqueros, etc. con las que nuestro equipo de producción presume de compañía?
Entonces, cuando me puse la camiseta, me di cuenta de la gran diferencia que existe entre ponerse la camiseta o sentirla de verdad. Como me pasa a mí y como le pasa a todos y cada uno de las personas que trabajan en ZERTIOR. Esa diferencia que hace que todos demos lo mejor de nosotros cuando surge una urgencia el fin de semana, cuando hay que terminar un informe y quedarse hasta las 3 de la mañana, cuando hay que conectarse a las 11 de la noche con Latam o cuando sencillamente hay que multiplicarse para recorrer España de norte a sur en una semana.
No somos una empresa grande (aunque si sumamos España, México y Chile nos acercamos ya a los 100), pero lo que tengo clarísimo es que somos una gran empresa.
Así lo siento. Como la camiseta.
#somosZERTIOR
PD: Por cierto, muy ilusionados con la llegada de uno más a la familia. Nuestro Roberto, otro grande, será padre en breve. Lo mejor de la vida, compañero…