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GAES PILGRIM RACE: OCHO DÍAS INOLVIDABLES

GAES PILGRIM RACE: OCHO DÍAS INOLVIDABLES

La GAES Pìlgrim Race nos ha marcado… y de qué manera

Eran cerca de las nueve de la mañana del 16 de julio de 2017 y el Hotel Ilunion Pío XII respiraba un ambiente frenético. Carreras, risas, nervios, abrazos y sobre todo muchas bicicletas… Todo estaba a punto para que diera comienzo una de las aventuras más bonitas que hemos afrontado, la GAES Pilgrim Race.

Seguro que todos ya sabéis de qué se trata, pero por si acaso os refrescamos la memoria: Los 90 Pilgrims que salieron desde Madrid tenían por delante más de 700 kilómetros divididos en 8 etapas en los que recorrerían el Camino de Santiago a lomos de una Mountain Bike a través de dos rutas muy singulares, el Camino de Madrid y el Camino de Invierno. Cuatro días de competición, hasta Sahagún, y cuatro días de experiencia.

Como decíamos, el 16 de julio arrancaba la GAES Pilgrim Race con Cercedilla como primer punto de destino. Y pronto vieron los y las Pilgrims que ganarse el Jubileo no iba a ser una empresa fácil: calor, bajadas técnicas, subidas exigentes… Pero lo que nunca faltó, por muy cansado o cansada que estuvieran, fue el compañerismo y las ganas de echar una mano a quien tuvieran al lado en cada momento.

Todo el esfuerzo se veía recompensado eso sí con la llegada a meta y el descanso en el Campamento Pilgrim, pensado para que todos los participantes no sólo reposaran después de una larga jornada de pedaleo, sino para que también compartieran muchos momentos juntos que jamás olvidarán. Nos tomamos la licencia de enlazaros a un artículo en As de Pipo López, quien vivió la experiencia en primera persona y no podía explicarlo de mejor manera.

A medida que pasaban los días era más complicado mantener el ritmo, sobre todo por las altísimas temperaturas que nos acompañaron en los primeros días. Y aun así cada jornada todos los que estábamos implicados, desde la organización hasta los chicos de avituallamiento, nos íbamos con una sonrisa en los labios porque sabíamos que lo habíamos dado todo.

Por fin llegamos a Astorga y ese día el humor, que ya era bueno, cambió para ser de felicidad absoluta. Había comenzado la parte de experiencia y los Pilgrims ya no peleaban por hacer el mejor tiempo, lo hacían por ser los que más disfrutaran de esas sensaciones únicas que sólo el Camino de Santiago es capaz de brindar. Fotos en la Catedral de León, un cocido maragato al finalizar la etapa, relax en el campamento… Fue el día en el que todo el mundo se dio cuenta de verdad de lo maravilloso de esta experiencia.

A partir de entonces todo se puso de cara: la climatología nos dio una tregua con una bajada de temperaturas y todos y cada uno de los participantes cambiaron el chip, conociendo a fondo una de las partes más bonitas de España pero sin perder las ganas de montar en bicicleta y seguir superándose. Además, todas las localidades por las que pasamos (por supuesto también las de la parte de competición) se volcaron con la GAES Pilgrim Race. Cómo olvidar el avituallamiento de Tres Lunas Race en Quereño o la Queimada en Villamartín de Valdeorras…

Quienes eran unos perfectos desconocidos entre sí el domingo 16 eran ya compañeros inseparables a los pocos días, formando incluso “equipos gastronómicos” tal y como nos contaba el mismo Pipo López en una de sus columnas para el Diario As. Y ese “buen rollo” no era sólo entre los Pilgrims, sino que se extendía hasta todos los hombres y mujeres que tenían algún papel en la GAES Pilgrim Race. Por eso el abrazo fue el gesto más repetido cuando llegamos a Santiago la mañana del 23 de julio.

No es ninguna sorpresa que alguna lágrima se derramara en la despedida en Monte Do Gozo. Al fin y al cabo habían sido 8 días muy intensos de convivencia casi 24 horas e iba a ser muy difícil acostumbrarse a la rutina otra vez. Al menos nos quedan las fotos para que no nos invada la nostalgia.

Lo bueno, y ya recuperamos el tiempo presente para este artículo, es que estamos trabajando en la edición de 2018 para que sea por lo menos igual de especial que la primera. Para que podamos volver a experimentar de nuevo estas emociones, que ya están grabadas a fuego en todos nosotros para siempre. #YoSoyPilgrim

Así fue la última etapa de competición de la GAES Pilgrim Race: